BIENVENIDA AL BLOG

Va a ser este un blog dedicado por mí a otros contenidos. Comienzo con él mi fase más pública, una participación en el mundo de la política que hasta a mí me ha resultado sorpresiva, pero que en el fondo no deja de ser más que una respuesta a ese lado más social que desde siempre he demostrado a lo largo de mi trabajo. Recién llegada al mundo de la política municipal, he de confesar mi ilusión por seguir trabajando por la ciudad que me vio nacer de una manera mucho más intensa de lo que lo he hecho durante todos estos años a través de las actividades que he ido desarrollando a lo largo de mi vida profesional.
Es diferente ver la vida desde este lado, pero también enriquecedor, a pesar de todas las dificultades con las que sé me voy a encontrar en este nuevo recorrido.
Mi decisión, trabajar por y para mi ciudad, está teniendo muy buena acogida en el amplio entorno en el que me muevo, y espero que el fruto comience a verse enseguida, junto al conseguido por el esfuerzo del resto de mis compañer@s.
Son muchas las responsabilidades que me han correspondido, pero todas directamente relacionadas. Por eso, aunque ya llevaba más de un año con el blog de "igualdad" que voy a seguir manteniendo, he decidido abrir este otro que dé cobertura al resto de áreas que van a ser de mi competencia.
Espero que resulte de interés para la ciudanía de Astorga y sus pedanías, porque a todas ellas deseo extender mis desvelos.
Gracias por vuestra visita y también, si las hubiera, por vuestras sugerencias en torno a mi trabajo.

martes, 16 de diciembre de 2014

DIABETES Y VIDA SALUDABLE. Hábitos de vida saludables.

Esta tarde tendrá lugar en la Biblioteca Municipal de Astorga la tradicional y última charla del año. Tras la misma se entregará la revista de la asociación astorgana que tanto ha hecho durante estos años, y sigue haciendo, por mejorar la calidad de vida de las personas con esta enfermedad, además  de trabajar en la prevención desde la misma escuela. 
Un año más se me ha invitado a colaborar con dicha revista, y lo he hecho con un resumen de mi ponencia en el Día de la Diabetes, referido precisamente a los hábitos de vida saludable. 
Por si resulta de interés para otras personas que no tengan acceso a dicha revista, aquí dejo el artículo para lectura de quien quiera sumergirse en ella. 
Y a la Asociación de Diabéticos de Astorga, desearle que siga trabajando aún más y mejor si cabe, por mantener unos derechos sanitarios tan necesarios y fundamentales y que tanto esfuerzo costó conseguir un día, antes de desilusionarse y dejar que se nos "roben" descaradamente. Ahora, más que nunca, es fundamental la presencia y el empuje de estas asociaciones que deberían contar con el apoyo de todos y todas sus componente. PORQUE LA UNIÓN HACE LA FUERZA. 

DIABETES Y VIDA SALUDABLE. Hábitos de vida saludables.


Este lema es que el que este año ha presidido la celebración del Día Mundial de la Diabetes y, aunque ya otros años se ha insistido en  lo importante que es para quienes padecen diabetes mejorar su calidad de vida para mantener a raya esta enfermedad, hablando de la importancia de la alimentación y de diversos aspectos médicos, en esta ocasión yo he querido insistir una vez más en los HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES, tratando de apuntar cómo adquirirlos para vivir en las mejores condiciones posibles.

Recordando, diremos que un hábito es el comportamiento de una persona, repetido regularmente. Si es bueno nos permitirá mantener y mejorar una calidad de vida que nos permita disfrutar incluso por encima de las limitaciones que cualquier tipo de enfermedad pueda plantearnos.  Si el hábito es negativo hará que nuestra salud se resienta día a día, momento tras momento.  Aproximadamente el  ochenta por ciento  de lo que hacemos cada día,  y cómo lo hacemos, son hábitos, es decir,  rutinas.
La cifra puede parecernos exagerada pero sólo es porque no somos suficientemente conscientes de ellos, ya que la inconsciencia es uno de los principales atributos de los mismos. Hacemos las cosas de forma “automática” y eso nos  significa un gran ahorro de energía. La automaticidad  de nuestros hábitos es su principal utilidad. Es por ello que nuestro cerebro estimula la creación de los mismos, ya que uno de los principios que gobierna el funcionamiento de nuestro cerebro es el ahorro energético. Hábitos que son predecibles y esperables y que, para hacerlos “notorios”, implican que tengamos que esforzarnos en ser conscientes de ellos.  Observar cómo comemos, procesamos correos, gestionamos  reuniones, puede ser muy importante si en un momento determinado de nuestra vida nos vemos en la necesidad de cambiar de hábitos. Mientras tanto, gracias al automatismo o inconsciencia del hábito (ya sea físico o mental) podemos hacer o pensar otras cosas mientras ejecutamos la acción o comportamiento correspondiente a dicho hábito.

Gracias a las investigaciones neurológicas, hoy sabemos que  nuestro cerebro cambia cada día, hasta el momento mismo de nuestra muerte.  Ello es debido a su neuroplasticidad, a  la capacidad de modificar las conexiones neuronales existentes y crear otras nuevas. Esto quiere decir que nuestras vivencias, lo que experimentamos hoy modifica la estructura de nuestro cerebro. Y esa modificación provoca que mañana funcione de forma diferente, condicionado por tales experiencias. Nuestro cerebro cambia todos los días. Y por ello tiene  también la capacidad de producir conductas “nuevas” que nos permitirán adaptarnos a nuevas situaciones para enfrentarnos, por ejemplo, a los efectos de una enfermedad.  Pero, también, tiene la “preferencia” de mantener las que ya poseemos, según el principio de ahorro energético, lo que nos obligará a forzar esas nuevas conductas, haciéndonos conscientes de nuestros automatismos. Esta situación se conoce  como “paradoja plástica”.
Los expertos utilizan la metáfora del esquiador que desciende una colina nevada para explicar esta circunstancia. La primera vez que desciende crea un surco nuevo y poco profundo. Cuando repite el descenso tiende a acercarse al surco original. Después de varios descensos ya ha establecido un surco preferido, que se hace más profundo a cada descenso, y que resulta eficaz (porque sabe que le funciona) y eficiente (porque desciende más rápido).
Así funciona nuestro cerebro. La primera vez  crea una conexión o  “circuito” neuronal nuevo y cada vez que repetimos esa acción la “reforzamos”,  como si créasemos  surcos o autopistas neuronales. Son cómodas, seguras y rápidas. Después de algún tiempo de circular por autopista para ir de un sitio a otro es bastante difícil tomar la decisión de abandonarla para hacer el mismo viaje, y tomar un camino vecinal que desconocemos y por el que circularemos más despacio y con mayor incomodidad e inseguridad.

A lo largo de nuestra existencia, a veces es imprescindible cambiar de hábitos para mejorar la calidad de la misma.  Sobre todo si esos hábitos, de los que dependemos casi en un ochenta por ciento, han dejado de ser eficaces  para una vida que ha ido cambiando sin parar. Y por ello debemos determinar su eficacia, porque son precisamente esos hábitos los que determinan nuestras posibilidades de conseguir los resultados que perseguimos. Si queremos incrementar esas posibilidades debemos “revisar” la efectividad de nuestros hábitos, analizar el “contexto” en que fueron establecidos y, si éste ha cambiado, decidir cuáles queremos que sean nuestro nuevos hábitos. Hábitos que habremos de construir por repetición, un proceso simple y difícil a la vez.
Simple, que no fácil, porque  repetir, una y otra vez, lo que hemos decidido no tiene complejidad alguna. Se puede afrontar sin necesidad de haber ido a la universidad. Pero a la vez difícil, ya que no resulta nada fácil abandonar la comodidad en la que nos hemos instalado y que, de alguna forma, crea una especie de adicción. Como el ejemplo del esquiador que poníamos antes.
Pero que esto no sea causa de desánimo porque con cada repetición, la siguiente cuesta un poco menos. Así, dependiendo del tipo de hábito, después de una docena de repeticiones ya habremos establecido un nuevo hábito más efectivo, que nos permitirá conseguir “nuevos” resultados.

¿Por qué insisto en todo esto? Porque ha de quedarnos claro que, en muchas ocasiones, las enfermedades que sufrimos nos obligan a cambiar de hábitos, ya que, éstas, han cambiado las circunstancias de nuestro día a día.  Si lo conseguimos seremos capaces de mejorar nuestra calidad de vida, conseguiremos alcanzar una “vida saludable” dentro del marco de nuestra enfermedad y por tanto nos hará sentirnos mucho mejor.
Es posible que sean muchos pequeños hábitos los  que tengamos que cambiar, pero hay algunos más generales, más grandes, que son imprescindibles para mejorar nuestra vida.  Y se refieren tanto al cuerpo, como a la mente, e incluso a lo que atañe a nuestra vida social.

VOY A ENUMERAR ALGUNOS DE LOS QUE SE CONSIDERAN MÁS IMPORTANTES:

  • Cuidar nuestra salud bucal: dientes y lengua.  Y es que una mala salud bucal interfiere negativamente en otros aspectos de nuestro organismo, en nuestros hábitos alimenticios, en nuestra digestión … Y estos a su vez en otros tan importantes como puede ser  la capacidad de descanso o en el estado de ánimo.
  • Desarrollo de nuestra personalidad: con la aparición de ciertas enfermedades, nuestra personalidad sufre duros reveses. SONREIR y mantener unas buenas relaciones sociales puede ayudarnos  ¿Cómo?  A través de la participación en actividades variadas (Astorga, en ese sentido, es una ciudad cómoda con multiplicidad de posibilidades para todos los gustos)
     
  • No a las drogas. En nuestro caso sería NO AL EXCESO DE MEDICAMENTOS. A veces ciertos médicos sucumben a recetarnos más de la cuenta ante la insistencia de nuestro malestares. No debemos olvidar que todos ellos tienen efectos secundarios y que  cuanto menos recurramos a los mismos, mejor. No podemos volvernos dependientes de medicamentos que en realidad no nos hacen falta. La ocupación de nuestra mente y la actividad física son muchas veces buenos sustitutos.
     
  • Evitar los excesos. Somos conscientes que el abuso del alcohol, el tabaco o los excitantes puede ser perjudicial para nuestra salud. Pero también los hay de otros tipos, como cualquier actividad que me obsesione o cualquier producto que consuma de forma compulsiva.
     
  • Ejercicio: es preciso hacer ejercicio físico al menos durante 30 minutos al día, pero es igual  de importante ejercitar nuestra mente,  mantenerla ágil, entrenarla a través de la conversación, la lectura, la escritura o la realización de pasatiempos que me obliguen a hacerla trabajar en muy distintas direcciones.

En resumen, llevar una vida saludable es imprescindible para mejorar el estado de nuestra diabetes o, simplemente, el estado general de nuestra salud.
Y ello solo depende de nosotros mismos. En este campo, no valen escusas. Cuídate y te sentirás mejor, porque tu calidad de vida se habrá enriquecido.

Mercedes González Rojo
(Concejala de Familia, Igualdad y Serv. Sociales)
En el día Mundial de la Diabetes.
14 de Noviembre de 2014

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