BIENVENIDA AL BLOG

Va a ser este un blog dedicado por mí a otros contenidos. Comienzo con él mi fase más pública, una participación en el mundo de la política que hasta a mí me ha resultado sorpresiva, pero que en el fondo no deja de ser más que una respuesta a ese lado más social que desde siempre he demostrado a lo largo de mi trabajo. Recién llegada al mundo de la política municipal, he de confesar mi ilusión por seguir trabajando por la ciudad que me vio nacer de una manera mucho más intensa de lo que lo he hecho durante todos estos años a través de las actividades que he ido desarrollando a lo largo de mi vida profesional.
Es diferente ver la vida desde este lado, pero también enriquecedor, a pesar de todas las dificultades con las que sé me voy a encontrar en este nuevo recorrido.
Mi decisión, trabajar por y para mi ciudad, está teniendo muy buena acogida en el amplio entorno en el que me muevo, y espero que el fruto comience a verse enseguida, junto al conseguido por el esfuerzo del resto de mis compañer@s.
Son muchas las responsabilidades que me han correspondido, pero todas directamente relacionadas. Por eso, aunque ya llevaba más de un año con el blog de "igualdad" que voy a seguir manteniendo, he decidido abrir este otro que dé cobertura al resto de áreas que van a ser de mi competencia.
Espero que resulte de interés para la ciudanía de Astorga y sus pedanías, porque a todas ellas deseo extender mis desvelos.
Gracias por vuestra visita y también, si las hubiera, por vuestras sugerencias en torno a mi trabajo.

viernes, 2 de septiembre de 2011

"ECOS DEL CAMINO". Un recorrido interior por el Camino de Santiago, de Manuel Fuentes

El pasado día 26 de agosto se presentó en Astorga, de la mano del Ayuntamiento de la ciudad, del Instituto Cepedano de Cultura y de  la Casa de León en La Coruña, el libro "Ecos del Camino", del escritor leonés Manuel Fuentes. La Ergástula se llenó de oyentes que acudieron a conocer de primera mano la obra de este autor en cuya presentación intervinieron la alcaldesa de Astorga, Victorina Alonso, el presidente de la Casa de León en La Coruña y yo misma como concejala de Cultura. Una vez más estos antiguos muros se llenaron de resonancias literarias para recibir los "ecos" de un camino personal, pero también literario, que recorrimos cuántas personas nos encontramos presentes acompañando a Manuel Fuentes mientras rememoraba para nosotros su experiencia.



"El cielo está despejado y el sol brilla ya con fuerza, anunciando un día tórrido. Hileras de álamos nos acogen con el suave frescor de sus sombras. Llueven abundantes copos, irregulares trozos de algodón, en vuelo y caída lenta antes de llegar al suelo. 

- Parece que está nevando - observa Enrique.
- Sí, es cierto. Sólo desde la copa de los árboles hacia abajo. Mira el suelo - dice el viajero. 

Los árboles se han conjurado; lloran juntas sus últimas flores, con tal abundancia que parece nieve, saludando el paso de los viajeros, para cuajar sus imaginarios copos en un suelo blanquecino en el fondo de la chopera".(Págs. 152 - 153)

Esta es una de las descripciones con las que el autor de hoy va jalonando su relato en torno al Camino. Un relato escrito a modo de diario, de cuaderno de viajes, con el que nos invita a acompañarle de nuevo por este viaje que resulta iniciático para cuantas personas lo emprenden. He querido escoger un fragmento del  capítulo que el autor dedica a la etapa de nuestra provincia porque es algo que nos resulta muy cercano, algo que va inmerso en nuestra propia ideosincrasia. También quiero decir que agradezco a Manuel Fuentes que, a través de Avelino Abajo Ares, haya decidido acercarnos su obra. Y es que es significativo que este libro de Manuel, Ecos del Camino, se presente hoy aquí, en nuestra ciudad, uno de los lugares más emblemáticos del Camino de Santiago.  No solamente del Camino Francés sino también del que viene del Sur, coincidiendo en un importante tramo con la Vía de la Plata romana. 
Porque Astorga es y ha sido siempre encrucijada de caminos, caminos a través de los cuales nos han llegado, enriqueciéndonos, influencias de otras culturas, de otros mundos. Influencias que van quedando en nuestro poso  histórico como "ecos" de las distintas realidades que por aquí pasan. Como esos "ecos" que Manuel va compartiendo a lo largo de sus páginas, dejados en él por los paisajes recorridos, como el que se nos describe en el fragmento con el que inicié la presentación. Pero también por los personajes ligados a dichos paisajes, o con las personas con las que en alguno de los tramos recorridos comparte pasos y experiencias. De esos momentos sabemos mucho en esta localidad, porque los peregrinos - ahora también las peregrinas - han formado parte desde antiguo del día a día de nuestra localidad. 
Permitidme que para dar fe de ello comparta con todos, con todas,  ustedes, otro fragmento, seleccionado también del capítulo dedicado al paso por la provincia de León (hay que barrer para casa) 
 
"Aún recuerdo sus caras, su expresión de sorpresa y enorme agradecimiento. Tiritaban cuando entraron esa mañana en el bar, mal protegidos contra la lluvia y el frío. Les invitamos a tomar asiento en nuestra mesa, a secarse un poco y a un desayuno bien calentito. Americanos, estudiantes de post-grado, novios, residentes en Miami, descendientes de hispanos - por eso hablamos bien el español, decían -. Victoria y Tito venían en pantalón corto, con media bolsa de magdalenas colgadas de la mochila. Admitieron su bisoñez, su falta de previsión, su inmadura creencia de que en esta época y en España podría hacer tan mal tiempo. La evidencia era suficiente, no merecían más castigo; solo procedía ayudar". (Pág. 190)

Como bien se puede apreciar, este fragmento nos habla de la solidaridad que espontáneamente surge en el Camino. Algo bien conocido, seguramente por todos/as nosotros/as, pues ¿cuántos/as de quienes aquí nos encontramos no hemos realizado alguna etapa del mismo, o conocemos a alguien que lo ha hecho, convirtiéndonos en testigos de este tipo de escenas?
Son otros "ecos" dentro de ese viaje que a veces se realiza de muchas maneras y que va dejando en quienes lo realizan un poso de recuerdos y experiencias que pueden resurgir de pronto como la reverberación de ese sonido que determinados paisajes nos devuelven. "Ecos" que van sembrando en otros el deseo, a veces latente durante mucho tiempo, de iniciar también  esa ruta. O de repetirla de nuevo, en otro momento, en otras circunstancias. Para encontrar en el mismo el origen de un sentimiento, de una necesidad, de una mirada, un paisaje, una amistad...
Acompañar a Manuel Fuentes por este "camino" suyo, lleno de "ecos" personales, es tal  vez encontrar la necesidad de una experiencia futura. 
¿Será eso lo que le quede a la protagonista de este nuevo y pequeño fragmento del libro, tras su encuentro con el peregrino al que acompaña? 

La niña reía, haciendo aún más atractivo su "pocito" en la mejilla, diana perfecta para un dulce beso. Había llegado al albergue de Ponferrada dando una mano al viajero y llevando en la otra la credencial de éste. Tenía así oportunidad  y disculpa para ver por dentro el edificio en donde todos los días veía entrar y salir peregrinos, sobre todo este año, en sus idas y venidas al colegio. Quería tener ella un momento de protagonismo; con decisión puso el documento encima de la mesa. Extendió el hospitalero el plegado documento, en busca de la casilla correspondiente para estampar el sello; miró al mismo tiempo a la pequeña. 

-Es de él, ¡eh! - dijo señalando al viajero, algo avergonzada, pensando que el sonriente voluntario buscaba su nombre en la credencial. 
- Pero algún día traerás la tuya propia - contestó el hospitalero. 
- No sé, contestó la niña, encogiéndose de hombros. 

Pronto se desinhibió la chiquilla, mirando y comprobando todo cuanto se le permitió. Tenía que tocar el bordón, el sombrero, la mochila, la concha - una y otra vez, ya lo sabes, amable lector - y todo aquello que le producía intriga, tal vez también admiración, a sus nueve años. A las puertas del edificio alguien esperaba, con paciencia y resignación, para devolver la niña a su casa. 

- ¿Què? ¿ Satisfecha, Laura?
- Sí
- ¿Pero no te dije hace tiempo que te traía aquí y podías entrar en el albergue cuando quisieras?
- Sí, pero tú no eres peregrina, no tenías derecho." (págs. 200-201)

Hay derechos que solo se adquieren con el sacrificio del Camino, y experiencias que - una vez vividas - marcan de tal manera nuestra existencia que, aún cuando parezca que las olvidamos, solo esperan la oportunidad para volver a nosotros rebotadas. Como un eco, el eco de nuestras vidas o de las de quienes pasaron un día por la nuestra. Por ello, Manuel, considero un fantástico acierto el título del libro que hoy compartes con nosotros entre estas piedras que también nos devuelven los "ecos" de nuesto pasado, y te cedo la palabra para que nos sigas hablando de las experiencias que encierras entre sus páginas, dándote las gracias por la oportunidad de compartirlas contigo.
Astorga
26 de agosto de 2011

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